lunes, 5 de diciembre de 2016

La cólera de Dios


Francisco Javier Mosácula presenta en la Diputación su última obra, una novela sobre la peste que padeció Segovia en 1599



Vuelve Francisco Javier Mosácula a escribir de la peste, el tema de investigación que le ha mantenido ocupado durante los últimos años. Tras la publicación, el pasado verano, de su estudio histórico ‘La peste de 1599 en Segovia’, ahora ve la luz la novela ‘Pestilencia. La cólera de Dios’.
“Si decidí escribir una novela sobre la peste fue porque quería llegar a un público más amplio, con un relato más ameno”, explicaba ayer el historiador segoviano.

La protagonista indiscutible de la novela es la peste bubónica, popularmente llamada “pestilencia” a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. No obstante, en el relato de Mosácula se entremezclan numerosas historias. Una de ellas es la del teniente de corregidor encargado de la lucha contra la enfermedad en Segovia. Otra, la de un cirujano cántabro que se enamora de una bellísima panadera, víctima de malos tratos por parte de uno de sus pretendientes.

En ‘Pestilencia. La cólera de Dios’, Mosácula dibuja el ambiente existente en aquellos dramáticos seis meses —desde finales de abril de 1599 hasta mediados de octubre— en la ciudad. “El pueblo reaccionó de dos formas distintas:  o buscaba protección en Dios o se dedicaba a satisfacer los deseos de la carne”, sostiene el historiador, quien asegura que “la mayoría”optó por  la segunda vía, en lo que fue “un gran abandono moral”. En este contexto, se extendió la idea de que la peste, a la que la medicina no daba solución, era la cólera de Dios, “el modo en que castigaba a los hombres por sus pecados”.

En medio año, Segovia perdió cerca del 20% de su población. El descenso de la temperatura, al empezar el otoño, logró doblegar a la ‘pulga de la rata negra’, cuya picadura propagaba la enfermedad. Mosácula defiende que las consecuencias psicológicas para los segovianos fueron “extraordinarias”. Las económicas, también. Antes de la llegada de la peste de 1599, Segovia era la primera ciudad industrial de España, comparable a las principales de Europa; luego, aunque el amanecer del siglo XVII liberó a la ciudad de la enfermedad, ya nada volvió a ser igual. Segovia no logró recuperarse del golpe.

Con la intención de que en el lector no quede un poso de tristeza al acabar el libro, Mosácula ha querido dedicar el último capítulo a un hecho lúdico, acaecido poco después del fin de la peste, los festejos organizados en Segovia con motivo de la visita del rey Felipe III en 1600.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Segovia contra Segovia


Javier Monjas relata en su nuevo libro un episodio hasta ahora desconocido, el motín de la ciudad en 1855, cuando el Congreso eligió a Ávila como estación intermedia del ferrocarril del Norte





El Adelantado 24/11/2016
A las diez de la noche del 10 de noviembre de 1855, una multitud comienza a gritar frente al cuartel de la Milicia Nacional de Segovia, situado en la actual plaza de Los Huertos. El motivo de aquella algarada debe situarse unos días antes, el 6 de noviembre, cuando el Congreso de los Diputados decide que la prevista línea férrea del Norte pase por Ávila y no por Segovia.

El periodista y escritor Javier Monjas Blasco ha relatado ahora este episodio, nunca antes contado, en su nuevo libro, ‘Segovia contra Segovia’, donde escribe de la que considera “la peor crisis vivida por la ciudad desde las revueltas comuneras” del siglo XVI.

Cuando la ciudad conoció la decisión del Congreso de los Diputados “enloqueció”, en primer lugar contra los hombres que habían tolerado tan apocalíptico fracaso. En medio del tumulto, una voz se levanta exigiendo “dos tiros” para el primer comandante de la Milicia Nacional y diputado a Cortes Valentín Gil Vírseda, quien se ve forzado a firmar el abandono de su escaño. La ira contra Gil Vírseda era debida, fundamentalmente, a que éste no había asistido en el Congreso al debate sobre tan vital asunto para Segovia.

Pero la indignación no se centró únicamente en Gil Vírseda. También estaba en la diana el gobernador civil, Ceferino de la Avecilla, natural de Salamanca, una provincia que desde siempre había defendido la ‘opción Ávila’, por ser más beneficiosa para sus intereses. La turba pidió la dimisión del “traidor” De la Avecilla, y éste acabó siendo cesado en las pocas semanas.

La tensión llegó a ser máxima. En una dramática comunicación al Congreso, el Ayuntamiento de Segovia se muestra “preocupado” por lo sucedido, asegurado que el Ejército estaba “sobre las armas”, pero que era “insuficiente” para reprimir la revuelta sin “enrojecer las calles” con “los tiros de la metralla”.

Durante unas semanas, en Segovia hubo “una lucha de todos contra todos”, aunque la sangre no acabó llegando al río. Y, por extraño que pueda parecer, nunca jamás llegaron a entrar aquellos acontecimientos en los libros de historia, ni en los artículos de expertos, ni en los ensayos académicos.

“El episodio resultó tan traumático que fue inmediatamente enmudecido, y así fueron olvidadas aquellas sombrías ocho semanas en que Segovia se había revuelto contra Segovia”, dice Monjas, quien en una de sus visitas a los archivos se encontró esta “fascinante realidad oculta”, de la que ha estado “tirando del hilo” durante casi año y medio.

Monjas quiere advertir que aquellos sucesos coinciden en el tiempo con la decisión de desmantelar la Casa de la Moneda. “En una ‘Semana Trágica’, Segovia perdió el símbolo de su pasado industrial, la Ceca, y la esperanza de su desarrollo, el ferrocarril”, concluye.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Leyendas de las Tierras de Segovia


Juan Manuel Santamaría López nos presenta un extenso estudio de las leyendas que circulan por la provincia de Segovia.



Juan Pedro Velasco



No nos extraña la publicación de un libro de leyendas  por el profesor Santamaría. 

Nos consta que el académico de ‘San Quirce’ lleva años investigando, y recopilando, el rico patrimonio legendario segoviano.



Una obra que no se limita al simple refundido y catalogación de algunas narraciones, sino una exposición rigurosa de quién es el posible autor de la leyenda, el origen de la misma y el posterior estudio del texto y de los distintos difusores a lo largo de los siglos, en muchos de los casos.



El estudio lo ha divido el autor en ocho secciones o capítulos en los que por materias (leyendas de san Frutos, san Valentín y santa Engracia; de repoblación; marianas; inspiradas en Jesús y algunos santos; inspiradas en monumentos arquitectónicos; en el paisaje; explicativas de nombres de lugar, y diversas) va desgranando casi un centón de leyendas. Algunas ya conocidas y otras inéditas para muchos de los potenciales lectores.



Un compendio de cómoda y fácil lectura, aunque muy documentada, que hará conocer mejor Segovia y su provincia.

La estructura y desarrollo de cada leyenda incluye la aportación  histórica que realiza Juan Manuel Santamaría, la leyenda en sí tomada de alguna de las fuentes que a lo largo de los años la han transmitido y, cómo no podía ser de otra manera, siendo el autor un buen conocedor de nuestra provincia, su naturaleza y caminos, un lugar “donde leerla”.



Espacios en los que el posible lector se puede solazar, por un lado con la letra impresa y, por otro, con la impresión del paisaje en sus retinas.



¿Dónde leer la leyenda de la Mujer Muerta? Como indica el autor “donde sea posible contemplar el perfil evocador e inconfundible de esta sierra: en Segovia, desde el mirador de la Canaleja o desde los altos de Las Lastras; en Revenga o en Hontoria, en época de nieve; en las llanadas de la campiña, desde donde el azul sirve de contrapunto al rojo de las amapolas o al dorado de las mieses…”.



El libro viene acompañado de numerosas ilustraciones alusivas a las leyendas tratadas.  Imágenes en las que ha participado nuestro compañero-bloguero en ‘acueducto2’, Juan Pedro Velasco Sayago, citado en distintas leyendas como impulsor de su conocimiento en los últimos años.



Edita: Diputación Provincial de Segovia.

Autor: Juan Manuel Santamaría.

Segovia 2016.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Rastreos en la Sierra

El rastreador segoviano Fernando Gómez y su esposa, Paloma Troya, publican un libro sobre huellas de animales en el Guadarrama
Fascinado por los animales salvajes, el segoviano Fernando Gómez Velasco comenzó a rastrearlos en la Sierra de Guadarrama hace ya unos cuantos años. Primero, el mítico lobo, desde Revenga a Prádena. A continuación, el abundante corzo y la esquiva cabra montés. Siguió después con diferentes aves, entre ellas el búho real y el azor. Se atrevió luego a buscar especies de menor tamaño, como la víbora hocicuda y el escorpión. Y últimamente anda detrás de la poco conocida araña lobo.
Recopilando sus andanzas serranas, Gómez acaba de publicar, junto con su esposa, Paloma Troya Santamaría, el libro ‘Guía de huellas y rastros de la Sierra de Guadarrama’ (Ediciones La Librería), que define como “conocimiento comprimido para que una persona pueda iniciarse en el mundo del rastreo”. Gómez y Troya, integrantes de la división de rastreo profesional de la empresa ‘Escuadrone Táctico Aéreo No Tripulado’ han firmado una obra “para que cualquiera aprenda una base sobre huellas y rastros”, de modo que el lector pueda identificar, de forma rápida, a qué especie pertenecen los indicios de presencia animal que se pueden encontrar en el campo, entre ellos excrementos, cráneos, egagrópilas, pelo y plumas. Los dos autores del libro han bebido de numerosas fuentes antes de ponerse a redactar, por lo que advierten que en la obra “aparecen datos proporcionados por científicos y otros por pastores con los que hablábamos en el campo”. Una de las principales novedades de la guía es la de contar con un pequeño apartado, de cuestiones de seguridad, donde se alerta a los futuros rastreadores de los posibles riesgos que pueden encontrar en esta actividad.
Convencido de que su guía es “entre las de pequeño formato, la más completa de Europa de rastreo”, Gómez no se extraña del “éxito rotundo” que ha obtenido, lo que le ha animado a embarcarse en otros proyectos editoriales, igualmente relacionados con rastreo, en concreto sobre los rastros de mamíferos en España y el continente europeo.
“Para mí —confiesa— el rastreo es una pasión y una forma de vida”. No tiene preferencias a la hora de buscar especies. Lo mismo le gusta localizar un pájaro carpintero por su canto que encontrar en el suelo un nido de araña lobo o descubrir un corzo encamado en un pinar. A quienes se inician en el mundo del rastreo, Gómez aconseja, de inicio, “actuar con sentido común”, tras un previo análisis de cómo se desenvuelve la especie que se busca. “A mí, cada nuevo animal que tengo que hallar es un reto, que me obliga a conocer el comportamiento de esa especie, y eso resulta muy gratificante”, explica Gómez. Eso sí, algunos animales se le resisten más que otros. Él reconoce que tiene una espina clavada con el turón, extremadamente difícil de ver. Ahora está en ello, y previsiblemente en no mucho tiempo “caerá”.
Aunque en los últimos años Gómez ha recorrido Europa a lo largo y a lo ancho rastreando animales, tiene un país preferido, “España” y dentro de él, “mi tierra, Segovia, donde está un paraíso llamado Sierra de Guadarrama”, que considera “un lugar excepcional” para realizar esta actividad. ¿Los motivos? “La variedad de animales existentes y la calidad de los ecosistemas presentes”, afirma, sin dudar un instante. En ese sentido, dice estar “orgulloso” de que gracias a esta ‘Guía de huellas y rastros de la Sierra de Guadarrama’ “hemos contribuido a dar a conocer el inmenso valor de la provincia de Segovia”, recordando que solo en el parque nacional hay inventariadas 133 especies de aves, 58 de mamíferos, 15 de anfibios, 23 de reptiles y cientos de invertebrados.

jueves, 27 de octubre de 2016

Un cuento para aprender


‘Toni tiene insomnio’ es el título elegido por María del Pilar Martín San Félix para su primer relato, que permite a padres y educadores trabajar distintos temas con niños de más de cinco años

Desde muy pequeña, a María del Pilar Martín San Félix la encantaban los libros. Quizá por ello se dio prisa en aprender a leer, en lo que fue un caso de extraordinaria precocidad. Cuando comenzó la E.G.B. ya sabía leer perfectamente, y por ello recibió en su colegio un diploma que todavía conserva. Ella fue creciendo, y mantuvo su afición por la lectura. “Yo creo —confiesa— que todos los días de mi vida he leído algo”. Por sus manos han pasado todo tipo de obras pero, a raíz del nacimiento de sus hijos —Olga, Julia, Marcos y Pedro— se interesó especialmente por los cuentos. Quería saber contar cuentos, para divertir a sus retoños, enseñarles cosas o, simplemente, conseguir que se durmieran por la noche. Y así, poco a poco, casi sin darse cuenta, ella empezó a querer escribir sus propios relatos.

Como no contaba con profesor, decidió inscribirse en un curso de escritura online. Y allí fue ejercitándose. Hasta que “salió un cuento”. “Le debía tener ya escrito en la cabeza”, bromea. Una noche, sin decir quién era el autor, se lo contó a sus hijos. Y, para sorpresa suya, uno la dijo:

—Mamá, me ha gustado ese cuento. Quiero sacarlo de la Biblioteca.

Ella se quedó de piedra. Acababa de pasar la prueba más difícil. Su cuento encandilaba a los niños. Así que pensó que debía dar un paso más y lanzarse a su publicación.

El resto de la historia es ya similar a otras muchas. Ella buscó una editorial para publicar su creación. Babidi-Bú se ofreció a hacerlo, e incluso proporcionó a Martín una ilustradora, Viuleta.

Finalmente, ‘Toni tiene insomnio’ salió a luz el pasado mes de septiembre. La presentación oficial fue en la biblioteca pública de Trescasas, el pueblo donde vive Martín. Y ahora está dando a conocer su cuento.

‘Toni tiene insomnio’, dirigido a niños de más de cinco años, habla de una historia ocurrida en el Bosque de Nuez, donde vive el búho Toni, que no puede dormir. Pero su amiga la ardilla Emma decide ayudarle. Le lleva a la consulta del doctor don Manuel, quien intenta averiguar qué es lo que le quita el sueño. Al final, le dará al búho Toni una dulce receta para curar su mal. E incluso la ardilla Emma decide tomar la misma medicina. Y así, todo vuelve a la normalidad en el Bosque de la Nuez.

Martín, habituada a dirigir talleres infantiles de animación a la lectura o de creatividad en los colegios, asegura que su cuento  “puede dar mucho juego”, pues “permite a los profesores o monitores trabajar diversos aspectos, como el de enseñar que no hay barreras a la hora de hacer amigos”. Además, ella, consciente de que la visita al médico da un poco de miedo a los más pequeños, presenta al doctor como “un amigo que nos cuida y nos cura dulcemente”. Por si era poco,  Martín asegura que con ‘Toni tiene insomnio’ los lectores aprenden nuevas palabras y, sobre todo, “entienden que tenemos el poder de cambiar las cosas que nos molestan, nos dan miedo o nos preocupan”.

La autora dice estar “alucinada” con la buena aceptación por parte del público de su cuento. “Está siendo una experiencia fascinante, y me gustaría seguir escribiendo literatura infantil, pero para ello tengo primero que encontrar calma”, concluye la cuentista segoviana.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Las Vegas, origen de la Comunidad de Pedraza

Tomás Calleja recoge en un libro siete décadas de investigación sobre esta iglesia, piedra angular de la Comunidad de Villa y Tierra

El Adelantado
La iglesia de Las Vegas debe ser para las gentes de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza lo mismo que es el árbol de Guernica para los vascos, el símbolo de su origen. Así lo defiende Tomás Calleja Guijarro en su nuevo libro "Las Vegas de Pedraza, su iglesia y... sus misterios", una obra en la que el autor expone los descubrimientos que ha ido realizando, a lo largo de siete décadas de investigaciones, sobre ese templo. Reconociendo esa tarea, el marqués de Lozoya, Juan de Contreras, calificó a Calleja, en 1963, como "el verdadero descubridor" de la iglesia, declarada Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional.
"La Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza se fundó en torno a Las Vegas", insiste Calleja. De acuerdo a su teoría, fueron burgaleses, en concreto del alfoz de Lara, quienes erigieron Las Vegas, si bien aprovecharon una edificación anterior, también de uso religioso. Calleja sostiene que los famosos infantes de Lara murieron en el entorno de Las Vegas, "defendiendo las que eran sus tierras. que les habían sido entregadas para su repoblación y defensa".
Siguiendo los estudios de Calleja, desde aquella lejana época, la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza se reunía en Las Vegas, en una casa aneja a la iglesia. Y así siguió ocurriendo hasta 1875, en que la sede se trasladó a Pedraza. La casa de la Comunidad de Villa y Tierra quedó entonces abandonada, arruinándose al poco. Los vecinos del cercano pueblo de Requijada aprovecharon la situación para llevarse las piedras, utilizadas después para convertir en iglesia una pequeña capilla de la localidad.
El autor del libro, que lamenta las "tergiversaciones" existentes sobre la historia de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, dice haber escrito la obra "como servicio a Pedraza y a Segovia" y "para que las futuras generaciones conozcan lo que realmente ocurrió".
"Durante siglos -subraya Calleja-, todo lo que se hacía en los pueblos de la Comunidad de Villa y Tierra se derivaba de acuerdos adoptados en Las Vegas".  A partir del siglo XIX, la Comunidad de Villa y Tierra fue perdiendo fuerza, en todos los aspectos. Y hoy, ni siquiera la romería de Las Vegas es capaz de atraer a vecinos de todos los pueblos de Pedraza. "Ha quedado prácticamente reducida a una fiesta local de Requijada", lamenta Calleja, a quien le gustaría mayor implicación en la misma de las gentes de la Tierra de Pedraza. A este respecto, en su nuevo libro presenta un documento inédito que demuestra que "la verdadera patrona de la Comunidad de Villa y Tierra es la Virgen de las Vegas".

jueves, 8 de septiembre de 2016

El desastre de 1599 en Segovia

Francisco Javier Mosácula ha escrito un libro sobre la peste de ese año en la ciudad


Cuando se habla de un “desastre” en la historia de España resulta obligado apuntar al de1898, derivado de la guerra con Estados Unidos. Pero si se trata de citar un desastre local, ceñido a la ciudad de Segovia, pocos historiadores dudarán en señalar al de 1599, el año de la peste bubónica.
“Fue el principio del fin de la época de esplendor de Segovia”, sostiene el historiador Francisco Javier Mosácula, quien revela que en “seis meses terribles”, la ciudad perdió a cerca del 20% de su población. Declarado el primer caso el 26 de abril, la epidemia campó a sus anchas hasta mediados de octubre, cuando empezó a remitir coincidiendo con la llegada de las temperaturas otoñales. Y aunque luego Segovia pareció recuperarse con rapidez, ya nada sería igual, y la ciudad, por diversas causas, entraría a partir de entonces en una larga decadencia.
Mosácula, que hoy presenta su último libro, titulado precisamente ‘La peste de 1599 en Segovia’, recuerda ahora que la enfermedad se propagaba por la picadura de la llamada ‘pulga de la rata negra’, sin que la población imaginara cuál era su origen. Eso sí, existía entre los segovianos letrados la intuición de que la peste estaba de alguna manera vinculada a la miseria, al hambre y a la suciedad. Pero la mayor parte del pueblo daba por hecho que se trataba de un castigo de Dios por los pecados cometidos; “otros —agrega Mosácula— defendían que la peste se debía a una mala conjunción astral, entre Júpiter, Saturno y la Luna”.
Como suele ocurrir en los momentos difíciles, la peste de 1599 sacó a relucir lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. “Hubo comportamientos heroicos y otros deleznables”, relata Mosácula, quien asegura que con el miedo a la enfermedad, proliferaron los pecados capitales, pues “se extendió la idea de que, ya que la muerte estaba cerca, había que disfrutar”.
El Ayuntamiento de Segovia debió realizar “un importantísimo esfuerzo económico”, que Mosácula estima en cerca de 110.000 ducados. Por recomendación de la máxima autoridad sanitaria de la época, el doctor Luis de Mercado, se construyó una valla para aislar la ciudad. Además, “hubo que abrir hospitales, hacer camas y dar ropa a los enfermos, pues la que tenían se quemaba”. Sin embargo, tales operaciones no sirvieron para nada, pues la enfermedad continuaba causando bajas. Solo el paulatino descenso de la temperatura doblegó a la ‘pulga de la rata negra’.
Mosácula sostiene que las consecuencias psicológicas para los segovianos “fueron extraordinarias”. Las económicas, también. Antes de la llegada de la peste de 1599, Segovia era, según recuerda el historiador, “la primera ciudad industrial de España, comparable a las principales de Europa, como Florencia, Brujas o Amberes”. Luego, el amanecer del siglo XVII liberó a la ciudad de la enfermedad, pero con un alto precio, el de ir, como dice Mosácula, “de capa caída”.

jueves, 28 de julio de 2016

Cuando sopla el viento de levante

El escritor segoviano Alberto Martín García presenta su última novela.


Sergio Arribas - Segovia | 20/06/2016

Cádiz es el lugar donde, desde temprana edad, veranea Alberto Martín García, escritor, publicista y profesor del campus Maria Zambrano de la Universidad de Valladolid (UVa). Alojado en una residencia militar, Martín observó cómo en aquella habitación existía una puerta sin utilidad, próxima a un tejado. Cuando soplaba el viento de levante, los portazos eran constantes. Un día la abrió y descubrió en su interior un tenedor, un plato y una cajetilla vacía de tabaco. En broma, comentó a su familia que, quizá, eran los enseres de alguien que estuvo encerrado en aquel pequeño cubículo.
El hallazgo fue el golpe de inspiración que le empujó a escribir ‘Cuando sopla el viento de levante’ (Premium Editorial), la segunda novela de este Martín, que compagina su “afición” por la escritura, como así la denomina, con sus labores como profesor asociado de la UVa y de ‘community manager’ de diferentes marcas nacionales en una agencia de publicidad de Madrid.
Como ocurriera en su primera propuesta literaria, “Tras la estela de un cuadro”, finalista del Premio Ateneo Joven de Sevilla, y que ha gozado del aplauso de la crítica, el misterio vuelve a estar presente en su segunda novela, de la que firmó ejemplares, el pasado 12 de junio, en la Feria del Libro de Madrid.
“El misterio es el género que más me gusta, me siento muy cómodo”, afirma el escritor, que confiesa que “Cuando sopla el viento de levante” nace del reto de “hacer algo del estilo de primera novela, precisamente para mejorar lo que ya había hecho”. ‘Tras la estela de un cuadro’ -que la editorial sevillana ‘Autores Premiados’ distribuyó por numerosos centros educativos- le había servido de “buen entrenamiento”, pero “necesitaba de una continuación, no en cuanto a la historia, pero sí en cuanto al estilo”, afirma.
‘Cuando sopla el viento de levante’ narra la historia del Hotel Nuevo Levante, el más importante de la Costa de la Luz desde la década de los 50 hasta los 70, momento en el que un incendio arrasa con el inmueble. La historia se desarrolla 20 años después cuando se reconstruye el Hotel y el protagonista, Pablo Veracruz, acude a trabajar como camarero. A raíz de una serie de acontecimientos que le suceden por una llamada telefónica y lo que le cuenta un mendigo de la zona, Veracruz comienza a investigar para conocer la verdad que rodea a la tragedia ocurrida en los años 70.
A diferencia de su primer libro, que se desarrollaba en un entorno ficticio, un pueblo de Cantabria que imaginó el autor, la segunda novela está ambientada en el Cádiz de 1990, un escenario que Martín conoce bien, aunque la circunstancia de ubicar la historia en un entorno real, le ha supuesto el tener que documentar, hasta el más mínimo detalle, todos los lugares donde se mueven los personajes. Del mismo modo, Martín ha tenido que documentarse sobre la forma en que se puede propagar un incendio originado en la segunda planta de un hotel y en una época, no lejana, pero en la que no existían los sistemas anti-incendios de la actualidad. Para esta tarea, al autor no dudó en pedir asesoramiento a un amigo bombero de Segovia.
Martín escribió la novela en menos de diez meses, de forma intermitente. “Crear la historia no me cuesta, aunque sí escribirla, porque no tengo la constancia de dedicar todos los días un tiempo a ello”, confiesa el autor, quien, no obstante, señala que su faceta como escritor es una “pura afición” que “me divierte mucho”. “Escribo porque si no escribiera, estaría todo el rato pensando en hacerlo”, sostiene Martín, quien mantiene que su éxito como novelista parte de la premisa de que “lo sigo viendo como una afición, como a otras personas les gusta, por ejemplo, jugar al paddle”.
El escritor, que comenzó a “leer en serio” a los 21 años, tras descubrir “La sombra del viento”, de Carlos Ruiz Zafón, ya tiene escrita una tercera novela, ambientada en Segovia y de estilo policíaco. Misterio, intriga y acción serán también los vértices de esta tercera novela que, por el momento, Martín guarda en un cajón.

Historias con raíces


Paulino Zamarro publica “Leyendas de Segovia”, una recopilación de tradiciones, anécdotas y relatos de las tierras segovianas.

S. Arribas - Segovia | 09/06/2016


Una joven le puso en la pista. Había oído la historia de Rufo, aquel a quien le quisieron fusilar durante la Guerra Civil y huyó a los ‘Porretales’ de Cantalejo, donde logró sobrevivir durante la contienda con la ayuda de la gente del pueblo. A Paulino Zamarro, natural de Cantalejo, gran enamorado de Segovia y estudioso de sus tradiciones e historia, aquella historia le provocó curiosidad y pudo recomponerla y escribirla, gracias a los testimonios de los vecinos de Cabezuela y Cantalejo. La historia de ‘Rufo en los Porretales’ es solo una de las que Zamarro ha incluído en su último libro, ‘Leyendas de Segovia’, publicado por la editorial Almuzara, donde recopila, cuando no reconstruye o imagina, historias y hechos que sucedieron en tiempos pasados en tierras segovianas. En algunos casos son historias totalmente reales; otras son puras leyendas, transmitidas por la tradición oral; y también las hay que toman su origen en un hecho verídico, que el autor, en la libertad que otorga la literatura, las completa para que sean atractivas al lector. Y también están, aunque son las menos, afirma Zamarro, las que obedecen a la pura fantasía del autor, como la que relata la historia del ‘Molino del Ladrón’, ubicado en Lastras de Cuéllar.
En ‘Leyendas de Segovia’ tienen cabida historias costumbristas, otras sobre aspectos religiosos e históricos; sin olvidar lugares misteriosos o aquellos que fueron escenario de acontecimientos extraordinarios, recogidas directamente de la memoria de sus gentes. Porque Zamarro ha realizado un auténtico trabajo de campo, acudieron a los lugares y pueblos cuyos habitantes fueron testigos de estas historias.
En las páginas del libro, de 270 páginas, Zamarro, autor de la monografía ‘Lagunas de Cantalejo’, recoge la historia del Tuerto Pirón, la del Tío Mañas, la de la doncella de Maderuelo, la Chata de Malangosto o la de Roberto y la bella Elvira, una historia de amor ambientada en Pedraza y que el autor completa con la presencia de diversos personajes históricos de la época. También está la historia de la isla de Burgo, el pequeño islote en el embalse de Burgomillodo; un paraje que le da pie a Zamarro para contar la historia del molinero que vivió allí hasta que el agua anegó el paraje como consecuencia de la construcción del pantano.
A través de sus páginas, el lector puede visitar lugares tan emblemáticos como Segovia, el Real Sitio de San Ildefonso –La Granja, Sepúlveda o Pedrada; recrearse en lugares de enorme belleza natural como el Convento de la Hoz o San Frutos; o disfrutar de relatos como el que habla de la Virgen de la Soterraña, la reconquista de Madrid, la cuchillada de San Frutos o la historia del puente del diablo.
El autor también ha incorporado algunas poesías “que oí a gente muy mayor y que proceden de la tradición popular”; al tiempo que también realiza un pequeño homenaje al escritor y periodista cantalejano José Rodao, al introducir un poema suyo. Zamarro es ingeniero químico y ha desarrollado toda su actividad profesional en el sector medioambiental. Fue hace unos catorce años cuando, al visitar los pueblos de la provincia, y hacerse eco de las leyendas y tradiciones, comenzó a plasmarlas por escrito, quizá con el ánimo de que estas historias de raíces no se perdieran. “Cuando tuve una treintena, pensé en publicar el libro”, señala Zamarro, que sostiene que ‘Leyendas de Segovia’ no pretende ser un libro absolutamente fidedigno “aunque en algunos casos lo sea, confiando en que el lector sepa en cada ocasión distinguir lo que puede tener una base real, de lo que es tan solo fruto de la imaginación del pueblo o del autor”.
El libro está ya a la venta en varias librerias segovianas, además en el Corte Inglés, la Casa del Libro y FNAC.

Piedras del Guadarrama

Los segovianos Nuria Sacristán, Andrés Díez y Alberto Carrera firman un libro “comprensible para todos” sobre la geología de la Sierra, incluyendo itinerarios por las dos vertientes

El Adelantado
- Segovia | 06/06/2016
En el maremágnum de la actual Feria del Libro de Madrid, Segovia se ha hecho un hueco gracias a la presentación de un libro, ‘Guía de piedras de la Sierra de Guadarrama’, cuyos autores, los geólogos Nuria Sacristán Arroyo y Andrés Díez Herrero y el fotógrafo de naturaleza Alberto Carrera Anaya, lo consideran “una introducción al mundo de la geología”.
Teniendo en cuenta el afán divulgativo de los geólogos segovianos resultaba previsible la publicación de una obra con ese título. “Vimos que Ediciones La Librería tenía una colección de guías de la Sierra de Guadarrama, y como ninguna hacía referencia a la geología, nos pusimos en contacto con ellos y les propusimos hacer nosotros ese trabajo”, recordaba ayer Sacristán. Así de sencillo. Aunque, de inicio, la editorial dudaba del tirón de la obra, finalmente dio el visto bueno.
“Nos hemos divertido bastante escribiendo el libro”, sostenía Díez, refiriéndose especialmente a las numerosas excursiones realizadas desde Segovia, en compañía de familiares y amigos, a los que los autores iban explicando las piedras que aparecían en el camino, un esparcimiento que “nos permitió abordar esas marchas desde la perspectiva del que va a enseñar”.
La obra se ha promocionado como “una gran oportunidad para descubrir las diferentes rocas, minerales y fósiles que conforman la Sierra de Guadarrama”. A pesar de la reducida extensión de la Sierra de Guadarrama, en su territorio están representados los tres grandes grupos de rocas que existen en la naturaleza: las ígneas o magmáticas, las sedimentarias y las metamórficas. Además, en la Sierra de Guadarrama se encuentra casi un centenar de minerales diferentes. Y, por si era poco, alberga restos fósiles de la actividad de organismos vivos del pasado, desde huellas de algas marinas de hace 600 millones de años hasta huesos de vertebrados continentales (caballos, rinocerontes, hienas...) con menos de 100.000 años.
¿Cómo es posible tanta diversidad de piedras en un territorio tan pequeño?. La respuesta es sencilla. La Sierra de Guadarrama se encuentra en una de las grandes unidades geológicas de la Península Ibérica, la denominada zona centroibérica del Macizo Hespérico o Varismo Ibérico, y se sitúa muy próxima a zonas de las otras dos grandes unidades geológicas peninsulares: las cuencas y cordilleras alpinas, y las cuencas cenozoicas (antiguamente llamadas ‘terciarias’). “En la Sierra está representado un poco de los tres grandes conjuntos geológicos de la Península Ibérica”, se puede leer en el libro.
Los autores han puesto especial énfasis en utilizar un lenguaje “comprensible para todo el mundo”. En ese sentido, Díez agradece la libertad que les ha dado Ediciones La Librería para escribir. “En todos los capítulos hemos tendido a poner títulos atrevidos, casi periodísticos, para intentar enganchar al potencial público”, revela.
El libro incluye un extenso apartado de etnogeología en el que el lector puede descubrir cómo las piedras influyeron en la toponimia serrana, condicionaron los oficios tradicionales y generaron infinidad de leyendas y cuentos infantiles.
‘Guía de piedras de la Sierra de Guadarrama’ concluye con un capítulo dedicado a itinerarios geológicos, como el que va desde el Chorro Grande al Collado de la Flecha, una ruta que Sacristán no olvidará fácilmente, pues para ella fue una auténtica aventura ir en busca de las rocas más antiguas de la Sierra de Guadarrama, unas rocas que, por otra parte, son idénticas a otras que se pueden contemplar a dos pasos del centro de Segovia, en concreto en el barrio de Nueva Segovia.

Vivencias extramuros

José Luis Salcedo lanza ‘Mi Segovia extramuros’, un libro donde refleja la evolución de 206 calles fuera del recinto amurallado


Como Nicomedes García, José Luis Salcedo Luengo dice ser “más segoviano que el Acueducto”. Aquí nació, aquí ha vivido y aquí descansarán sus huesos para siempre en el nicho que, según afirma, ya tiene preparado. A la espera de su postrero día, se entretiene escribiendo sobre Segovia, una afición descubierta tras su jubilación, hace una docena de años.
Se atrevió primero a redactar un libro sobre el cuadro lírico Julián Gayarre. Después, otro sobre “El túnel de Segovia”, donde expone su anhelado proyecto de unir Sancti Spiritu con el convento de Santa Cruz, actual sede de IE Universidad. Animado por el éxito de sus obras, prosiguió con varias más sobre personajes segovianos —entre ellas, una monográfica acerca de Blanca de Silos—. Luego, un libro sobre ‘Mi Segovia intramuros’, al que da continuidad el todavía caliente ‘Mi Segovia extramuros’, ya a la venta en librerías.
Lenguaraz como es el autor, el trabajo que ahora sale a la luz presenta el mismo estilo de los anteriores. “Es un texto subjetivo, personal”, avisa Salcedo, quien reconoce que sus opiniones “a veces crean polémica”, pero él no lo esconde, asegurando que intenta encajar con deportividad las críticas recibidas.
En ‘Mi Segovia extramuros’, su intención primera ha sido “presentar una visión de la Segovia de mi época, fijándome sobre todo en los comercios de entonces y en las relaciones que tuve con sus propietarios, la mayoría amigos míos”. Pero Salcedo no ha querido mostrar una foto fija de Segovia extramuros, sino que también expone, sucintamente, cómo han evolucionado durante el último siglo un total de 206 calles.
En las casi 400 páginas del volumen, Salcedo narra un sinnúmero de anécdotas, cuyo principal interés radica en resultar inéditas, al menos para los lectores más jóvenes. Entre ellas, la referente a las “verdaderas calamidades” que pasaban los futbolistas en el campo de El Peñascal, donde “en invierno tenían que quemar algodones con alcohol para calentarse los pies”. O la explicación del nombre de la playa de Las Arenas, así llamada porque allí instaló el constructor Moisés López unas cribas para limpiar la arena que extraía del lecho del río. “Siempre que puedo cuento mis vivencias en el lugar del que estoy escribiendo”, recalca este polifacético segoviano, que ha asumido en solitario los costes de la edición del libro.
Tras avisar de que tiene intención de continuar escribiendo sobre Segovia, Salcedo no oculta su deseo de ver construido el túnel por él proyectado, aunque prevé que “tendré que morirme yo para que se haga”. ¿Y es necesario ese túnel para Segovia?, se le pregunta. “Es tan necesario como el comer”, responde, seguro.

Una investigación histórica

Las finanzas de los jesuitas en Segovia

Se presenta el libro de la investigadora Cristina García Oviedo


El próximo jueves 14 de abril a las siete de la tarde se presenta en la Diputación Provincial de Segovia el tercer libro de Cristina García Oviedo, titulado "Mecenazgo de la Compañía de Jesús en Segovia. Red de financiación del Colegio San Felipe y Santiago en la Ciudad y Diócesis de Segovia", editado por la Diputación Provincial.
Este libro tiene un especial significado personal para su autora, que se considera segoviana y defensora orgullosa de la Segovia de los pueblos. El motivo es claro, pues nació en Segovia y sus apellidos proceden de Remondo y Coca.
En la publicación aborda el tema de la financiación de una institución educativa de la ciudad de Segovia, como era el caso del Colegio de la Compañía de Jesús, que fue posible gracias a los devotos de la ciudad. Se aleja, y mucho, gracias a los documentos históricos recuperados en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús de Roma, entre otros, del mito de riqueza que persigue a los jesuitas.
El libro empieza por mostrar la importancia histórica de la ciudad, vista desde los ojos de Alonso de Ledesma, y la importancia sentimental que tuvo la ciudad para San Ignacio de Loyola -siendo el concepto de amistad muy importante para los jesuitas-, lo que se puede rastrear en Segovia.
Tras analizar los serios problemas económicos de los primeros años y la prosperidad de los siguientes, abre su mirada a la financiación proveniente de la provincia, consiguiendo demostrar, que los jesuitas de Segovia estuvieron muy unidos a la historia de muchos pueblos, tales como Bernardos, Villacastín, Moraleja de Coca, Laguna de Contreras, Anaya, Mozoncillo, San Cristóbal de Segovia, Melque, Ochando, Bercial…
“Son 292 páginas llenas de amor a Segovia y a sus pueblos, porque eso es lo que soy; es lo que me vivido en mi familia y en mi entorno. Por eso estoy muy agradecida a la Diputación de Segovia por haber asumido la publicación de este trabajo, y que se presente en la casa de todos los segovianos. Espero que sea el inicio de la recuperación de una parte de la historia de muchos pueblos, porque todavía queda mucho por decir”, apunta la autora.
En la presentación, que conducirá el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, intervendrá, además de la autora, el historiador Maximiliano Barrio Gozalo, autor del prólogo de la publicación, y que como García Oviedo es segoviano.
Cristina García Oviedo es Doctora por la Universidad Complutense, con una tesis doctoral que estudia la presencia de la Compañía de Jesús en la ciudad y en la provincia de Segovia, bajo el título "El Colegio de la Compañía de Jesús de Segovia: Espiritualidad, Historia y Arte (1557-1767)", que fue Sobresaliente Cum Laude en 2014 y uno de los cuatro Premios Extraordinarios de Doctorado que dicha Universidad madrileña otorgó entre todas las tesis defendidas en el curso 2013-2014.
García Oviedo reconoce que la idea de emprender una tesis doctoral tan compleja y amplia no fue de ella. Fueron sus directores de tesis los que la empujaron a ello, aunque eso significara mucho sacrificio, como vivir durante dos años en Roma, pues igualmente la autora reconoce que en todo el proceso no tuvo más financiación que la de sus padres.
Eso hizo dilatar mucho el proceso, pero gracias a él considera que tiene una experiencia vital única para recordar el resto de su vida, y un agradecimiento a todos los que creyeron en su proyecto y la ayudaron en los numerosos archivos que ha tenido que consultar.

lunes, 15 de febrero de 2016

Poeta grande, libro pequeño

Librería Cervantes lanza “Poesías completas” de San Juan de la Cruz en miniatura, en una edición preparada por Salvador Ros

El Adelantado  - Segovia | 08/01/2016
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. El adagio popular se puede aplicar, con todo rigor, a San Juan de la Cruz, el religioso de origen abulense cuya obra poética es tan corta como excelsa. Quince poemas, que suman en total 960 versos, bastaron para colocarle en la cima del parnaso. Librería Cervantes ha reunido ahora, en una miniatura preparada por el padre carmelita descalzo Salvador Ros, todas las composiciones del místico, que se encontraban en un manuscrito de Sanlúcar de Barrameda y otro de Jaén.
Ayer, en un acto celebrado en el Convento de San Juan de la Cruz, ante el sepulcro del santo, tuvo lugar la presentación de la minúscula obra (seis centímetros de largo, ocho de alto y uno de ancho). Ros sostuvo, para empezar, que “pocos poetas han sabido encerrar tanta calidad en tan reducido número de versos”, defendiendo a continuación que la obra poética de San Juan de la Cruz es “un prodigio de perfección literaria”. Tras citar las más afamadas composiciones del místico (Cántico espiritual, Noche oscura y Llama de amor viva), Ros explicó que la poesía de San Juan de la Cruz “se mueve siempre en las coordenadas de lo religioso”, añadiendo seguidamente que sus poesías son autobiográficas, y en ellas “sustancia una experiencia personal, sus más íntimas vivencias”.
Siendo San Juan de la Cruz el poeta más grande de la literatura española y, al mismo tiempo, el más breve, Ros dijo haber querido hacer una edición de sus “Poesías completas” que reflejara esa doble dimensión, advirtiendo que “lo divino radica precisamente en la capacidad de hacerse presente en lo más pequeño”. La edición ayer presentada incluye una rigurosa introducción, donde se analiza la poesía mística de San Juan de la Cruz, y una cronología del religioso cuyos restos reposan en Segovia.
Ros acabó ayer su intervención con una cita, tomada de Gaston Bachelard, quien defendía que el mundo es de aquellos que más capacidad tienen de miniaturizarlo.
En representación de Librería Cervantes, Petrita Gómez quiso agradecer a Ros su “magnífico trabajo” para confinar a los pequeños límites del libro la fe y la sabiduría de San Juan de la Cruz. Recordó que Librería Cervantes, fundada por Cándido Herrero Bernal en 1906 —este año cumple 110 de existencia—, emprendió su aventura editorial a comienzos de los 90, hace ahora un cuarto de siglo, y que fruto de esa labor ha publicado 15 obras, de temática religiosa y sobre historia de Segovia.
Curiosamente, el primer libro que impulsó Librería Cervantes fue “Dichos de luz y amor”, también de San Juan de la Cruz, en una edición preparada por Francisco Brändle. “Ahora, 25 años después, volvemos a San Juan de la Cruz, por el empeño de Salvador Ros y la ilusión de mi marido, Guillermo Herrero”, señaló.
En cuanto a su catálogo de historia, Librería Cervantes tiene la colección “San Frutos”. Los cinco títulos publicados son de joyas literarias de la provincia; entre ellas, reediciones de autores como Gabriel María Vergara o Mariano Sáez y Romero, y obras más actuales, como un estudio del recordado Manuel González Herrero.

Martin atrapa al asesino

Dos segovianos firman ‘Un aire mudo’, la primera novela negra y policiaca ambientada en Segovia, que narra, en cinco relatos, los misterios que resuelve un detective privado.

Sergio Arribas - El Adelantado de Segovia| 14/01/2016
La vida y pasado de Martin es un misterio, como misteriosos son también los asesinatos que investiga y que, finalmente, logra resolver por su extraordinario talento y olfato para esclarecer cualquier crimen. Poco se sabe de este detective privado, salvo que vive en Segovia y que le molesta especialmente que pronuncien su nombre con acento en la “i”, despojándole de ese toque anglosajón tan distinguido.
De Martin se puede decir que es el protagonista del primer libro de Mateo Botas y Durango que, en esta espiral misteriosa, es el seudónimo adoptado por Francisco Rubio y César Fraile para lanzarse al mundo de la literatura. “Un aire mudo” es el título del libro, que pasa por ser la primera novela negra y policiaca ambientada en Segovia, donde los lectores encontrarán localizaciones familiares e incluso algún personaje carismático de la ciudad.
“Segovia no existía en la novela negra, alguien lo tenía que hacer, y lo hemos hecho nosotros”, afirman los autores, segovianos, amigos y compañeros de carrera universitaria y a los que unía su pasión por la lectura y, en concreto, por el género policiaco. “Escribir ha sido un juego, una diversión, aunque como pensamos que podía ser entretenido también para el lector, nos decidimos a publicar este libro”, afirma Fraile, que sostiene que Segovia supone un “excelente escenario” para el desarrollo de una novela negra; que, en el caso de ‘Un aire mudo’ se estructura en cinco relatos independientes, con el detective Martin como protagonista, cargados de misterios, incógnitas, asesinatos y, sobre todo, espacios reconocibles para todos los segovianos. Segovia es, en su opinión, un lugar ideal para ambientar relatos de misterio, al ser, según razonan los autores, una ciudad pequeña y monumental, con una luz especial y unas ubicaciones que permiten la descripción narrativa.
Cada uno de los cinco relatos tiene su enigma, intriga, misterio y asesinato. Y su esclarecimiento por parte del brillante detective Martin. “Tenemos muchos asesinatos, crímenes de todos los estilos, es lo que más nos gustaba, lo cierto es que hemos aumentado la estadística criminal en Segovia”, bromea César Fraile, mientras que su compañero aclara que los autores “no hemos intentado, para nada, ser realistas en el ámbito del crimen, de las técnicas policiales de esclarecimiento, nos lo hemos inventado”. “El que sepa mucho de los detalles técnicos puede decir que no puede ser así, es ficción, nada más”, afirman ambos quien, en tono de broma, sostienen que en lo que sí se han documentado es en el ámbito de los bares y restaurantes que frecuenta Martin. De su protagonista, los autores poco quieren desvelar. “Hemos sido bastante fieles a esa regla del género que dice que toda novela policíaca tiene que tener uno o varios misterios y que el propio averiguador o detective tiene que tener un cierto misterio, no se explican detalles de su biografía, solo que es segoviano, de naturaleza y residencia”, afirman.
‘Un aire mudo’ se presenta mañana, viernes, (20.00 horas) en la Librería Intempestivos. Ya está a la venta en librerías, al precio de 8,50 euros. Tras este libro, ¿habrá más misterios y asesinatos a resolver por Martin?. “Estamos escribiendo más relatos, con independencia de la aceptación o no del libro, nos divertimos haciéndolo y seguiremos”, concluyen.

domingo, 14 de febrero de 2016

Tradiciones de Segovia

 
 

Un libro de la historiadora musical Fuencisla Álvarez, que se presenta el viernes en la Diputación, recoge las danzas de palos de treinta localidades de la provincia

El Adelantado  - Segovia | 09/12/2015
Un libro de Fuencisla Álvarez, editado por el Instituto de la Cultura Tradicional ‘Manuel González Herrero’, recoge las danzas de palo que se conservan en treinta localidades de la provincia. Aunque nacida en Madrid, Fuencisla está estrechamente vinculada a Segovia, de donde es natural su padre y donde tiene casa, en la localidad de Tabanera del Monte, desde hace muchísimos años. Licenciada en Historia y Ciencias de la Música en 2005, Fuencisla se había diplomado en Educación Musical de 1996 y había accedido un año después al Cuerpo de Maestros de la comunidad de Madrid en la especialidad de Música. Su interés en las danzas de palos surgió como un trabajo obligatorio en la asignatura de Etnomusicología en la Complutense. A su profesora, Victoria Eli Rodríguez, le gustó su trabajo y le animó a que lo continuara.
Desde entonces, ha estado presente en tres congresos. En 2004 participó en Zaragoza en el VIII Congreso de la Sociedad Iberoamericana de Etnomusicología con la ponencia ‘Las danzas de paloteo en la provincia de Segovia: Tabanera del Monte, Fuentepelayo y San Pedro de Gaíllos’. Ese mismo año interviene en las IV Jornadas de Investigación sobre danzas guerreras, de paloteo, agrarias y de fertilidad celebradas en Frenegal de la Sierra (Badajoz) con la ponencia ‘Las danzas de paloteo en la provincia de Segovia: Tabanera del Monte y Fuentepelayo’
En 2014 participa nuevamente en el XIII Congreso de la SIBE con la ponencia ‘Las danzas de paloteo en la provincia de Segovia: mapas de danza diacrónico y análisis de su interpretación’. Fruto de esa investigación publica también un artículo sobre los paloteos en la provincia de Segovia en Jentilbaratz. Cuadernos de Folklore en 2012; y otro sobre las danzas de paloteo en Tabanera del Monte en la Revista de Folklore de la Fundación Joaquín Díaz en 2013.
‘Las danzas de palos en la provincia de Segovia. Estudio etnomusicológico y repertorio de dulzaina’ es el título del libro que presenta este viernes 11 de diciembre en el salón de plenos de la Diputación. Además de la autora, intervendrán en el acto el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, y la diputada de Cultura y Juventud, Sara Dueñas. Durante la intervención de Fuencisla Álvarez, el conocido dulzainero Rodrigo Peñas interpretará breves fragmentos de siete piezas y el grupo de paloteo de Tabanera del Monte bailará tres danzas.
Fuencisla Álvarez recoge en este libro las danzas de palos existentes en treinta localidades de la provincia que ha recorrido durante la última década. En el entorno de la capital: Basardilla, Bernuy de Porreros, La Lastrilla, Revenga y Tabanera del Monte. En la zona de la sierra: Arcones, Castroserna, Gallegos, Orejana, Torre Val de San Pedro, San Pedro de Gaíllos, Valleruela de Pedraza, La Matilla y Valleruela de Sepúlveda. Y en el llano: Aguilafuente, Armuña, Bernardos, Cantalejo, Caballar, Cabezuela, Carbonero el Mayor, Carrascal de la Cuesta, Escarabajosa de Cabezas, Fuentepelayo, Lastras de Cuéllar, Mozoncillo, Muñoveros, Sauquillo de Cabezas, Torreiglesias y Veganzones.
El libro incorpora cuatro cds con un total de 268 piezas que los dulzaineros tocan acompañando las danzas de palos de esas treinta localidades en las que la tradición se conserva en activo. Se trata no obstante solo de una parte de las llamadas danzas rituales existentes en la provincia y que muy bien podría ser el objeto de la continuación del trabajo de Fuencisla Álvarez.