miércoles, 7 de agosto de 2019

Luchas de poder en el siglo XII


‘Tierra y Dios’, primera novela del arqueólogo Alejandro Bermúdez Medel, traslada al lector a la historia de Segovia en una época todavía oscura, por desconocida, con la familia calagurritana de San Medel como hilo conductor





Alejandro Bermúdez Medel lleva vinculado a Segovia desde la segunda mitad de los años noventa, cuando llegó para implicarse en la fundación de la Universidad SEK y reside casi desde entonces en una localidad próxima a la capital segoviana. Una vez que caducó ese proyecto pasó a formar parte del profesorado de la Universidad de Valladolid (UVa) y, dada en su faceta de arqueólogo, especializado en la gestión del patrimonio histórico, pronto descubrió una relación entre su tierra natal, Calahorra (La Rioja) y Segovia: San Medel.
San Medel (o Emeterio) es uno de los mártires romanos patronos de la ciudad de Calahorra y de su diócesis. Cuenta Bermúdez, cuyo segundo apellido es Medel, que los topónimos son una gran fuente de información para los arqueólogos y, por eso, le llamó la atención encontrar entre Bernuy de Porreros y Valseca los restos de una iglesia o ermita dedicada a San Medel, al lado de una gasolinera.
Durante la repoblación de las tierras de lo que hoy es Segovia en la Edad Media, desde el reinado de Alfonso VI, llegan gentes vascas, gallegas, burgalesas… y también riojanas. De esta manera, en ‘Tierra y Dios’, primera novela que ha publicado Bermúdez, se sirve precisamente de una familia calagurritana, la de los San Medel, para dar a conocer las luchas de poder entre Iglesia, nobleza, concejo… como telón de fondo del enfrentamiento entre Papado e Imperio por el control del mundo conocido.
Se trata, en definitiva, de una novela histórica, con personajes reales, hechos que la Historia ha constatado y una trama ficticia dentro del contexto histórico del Siglo XII. El propio autor define su obra como “un mosaico de episodios y escenas; pinceladas que dibujan con detalle y rigor histórico el cuadro socioeconómico de un tiempo crucial de la historia de Segovia, de Castilla y de España, en la que se forja un carácter y una forma de entender la vida, en la que la fe arraiga para siempre en la tierra”.
Los San Medel encuentran en Segovia un territorio totalmente diferente al de su origen riojano y, por lo tanto, no pocos problemas en su objetivo de asentarse en lo que hoy es el despoblado de San Medel, cuyo testimonio más evidente son las ruinas de su iglesia pero también el arroyo y la cacera del mismo nombre. Su decadencia a partir del Siglo XVIII motiva que los restos del templo quedaran aislados y en 1945 las autoridades decidieron trasladar la portada, un ventanal y otros elementos arquitectónicos al edificio que se destinó a Biblioteca Pública y que hoy es la Casa de la Lectura, de gestión municipal, en la Calle Real de la capital segoviana.
El culto a San Medel introducido por esta familia riojana se extiende a otros puntos de la provincia y en la novela cobra protagonismo el convento de Santa María de la Sierra, en término de Collado Hermoso y en plena ladera de la Sierra de Guadarrama.
Bermúdez, que advierte que la novela “no es para leer en el metro, más bien para hacerlo sentado al lado de la chimenea con un vaso de un licor tampoco muy fuerte”, indica que su prosa es “muy descriptiva” y permite que el lector conozca cómo iban vestidos o qué comían los protagonistas en esa época histórica todavía oscura por desconocida.
El Adelantado de Segovia, 25 de febrero de 2019

martes, 6 de agosto de 2019

Historia de Nieva


Guillermo Herrero presenta hoy un nuevo volumen de la colección ‘Una mirada al ayer’, dedicado a este municipio





Hoy, sábado 13 de julio, a partir de las 13:00 horas en el salón de cine de Nieva, el periodista e historiador Guillermo Herrero presenta el sexto volumen de ‘Una mirada al ayer’, la colección puesta en marcha por la Diputación en 2013 con la intención de recopilar la intrahistoria local de los pueblos segovianos a través de la entrega de antiguas imágenes, en su mayoría cedidas por los vecinos. Tras los monográficos dedicados a Santa María la Real de Nieva, Aguilafuente, Prádena y Valtiendas, de los que se encargó el también periodista Luis Besa, y del primero sobre Riaza, el primero del que se hizo responsable Guillermo Herrero, ha sido publicado este sexto volumen en el que, según revela Herrero, «el pueblo de Nieva se ha volcado y me ayudado muchísimo; empezando por su alcaldesa, Marisa Gorgojo».
Tal y como cuenta Guillermo Herrero, la alcaldesa, quien estará hoy en la presentación, acompañada de la diputada en funciones del Área de Cultura y Juventud, Sara Dueñas —a quien el periodista también dedica elogios y agradece la confianza—, ha contribuido de forma notoria a que los vecinos se hayan puesto a disposición del autor para prestar imágenes y testimonios.
«Ha habido muchísima participación vecinal», confiesa el periodista, destacando que la mayor parte de las entrevistas que han servido para contextualizar la obra han sido realizadas «a personas de entre 70 y 80 años que recordaban episodios históricos». Según el autor, especialmente significativo es el de un incendio que tuvo lugar al final de la Guerra Civil y que arrasó cerca de medio centenar de casas.
Para Herrero, si hay algo que diferencia este volumen del primero que escribió para esta colección sobre Riaza, es fundamentalmente el toque más histórico que tiene, respecto al resto de publicaciones, que cuentan con una visión más etnográfica de los municipios protagonistas. «De Riaza había un montón de libros de Historia, pero en el caso de Nieva no había ningún libro escrito sobre este tema; tenía la impresión de que no se debía desaprovechar la oportunidad», explica Guillermo Herrero, quien, no obstante, se resta mérito y asegura que «no deja de ser un libro gráfico que tiene un complemento literario».
«Se cedieron alrededor de 500 fotos, que son muchas y además son bastante buenas, principalmente en blanco y negro; en base a ellas yo he tratado de dar el contenido al libro», añade el escritor, datando las imágenes principalmente en las décadas centrales del siglo XX.
Por otra parte, y en lo que respecta a la estructura del libro, el autor lo divide en seis capítulos diferenciados que abordan los apuntes históricos, la evolución del paisaje del municipio, el ciclo vital de la localidad, una mirada cotidiana a los oficios antiguos de Nieva, el ciclo festivo tradicional y aquellos nevatos ‘de pro’ que han contribuido a dar a conocer a nivel nacional e internacional el nombre del municipio.
Asegurando que en este libro ha invertido más horas de documentación que en el anterior, y agradeciendo la ayuda de Isabel Álvarez en el Archivo Municipal de Segovia y de una amiga francesa que le ha ayudado a traducir algún texto escrito en este idioma, Guillermo Herrero destaca de los primeros capítulos el papel de los monjes Jerónimos de Santa María del Parral en la viticultura de la tierra o la relevancia que tuvo la industria en el municipio en los siglos XIX y XX. «A día de hoy Nieva parece un pueblecito pequeño, pero en un determinado momento llegaron a existir siete fábricas de aguardiente en el siglo XIX o una de elaboración de resina y otra de chocolate en el XX», apunta el autor de la publicación, quien también califica de «llamativo» cómo en el capítulo dedicado al ciclo festivo se narra que en 1729 el Concejo dio seis reales a las mujeres de Nieva para que celebraran la festividad de Santa Águeda.
«Se hacían cosas raritas en algunas épocas» y cita como ejemplo el hecho de que «cuando había plagas de langosta o de pulgón era frecuente esparcir el agua de San Gregorio, que se debía de conseguir en una basílica de un pueblo de Navarra». Al Ayuntamiento no se le ocurrió otra cosa que mandar a un vecino a por esta agua. Estas anécdotas y otras curiosidades serán desveladas hoy en la presentación del libro, donde están recogidas.
El Adelantado de Segovia, 13 de julio de 2019

90 años de supervivencia


El periodista Javier de Andrés presenta el libro que glosa la historia de la Gimnástica Segoviana, a través de los testimonios de los protagonistas y la documentación de la época

“Éste es el libro que a mí me hubiera gustado leer acerca de la Gimnástica Segoviana”. De esta manera se expresó el periodista Javier de Andrés durante la presentación del ejemplar que, con el título ‘Gimnástica Segoviana. Una historia de supervivencia’ recoge los noventa años de la historia del club azulgrana a través del testimonio de cientos de protagonistas en la vida de la entidad, así como la documentación en algunos casos inédita, en otros realizando una ingente labor de investigación en las páginas de los diarios de la época, sin contar las más se setenta fotografías que ilustran las 600 páginas del libro.
En la presentación, junto a Javier de Andrés se situaron tres de los más destacados futbolistas de la Segoviana de la época más moderna del club. Chema, Mariano y Agustín Cuenca se ven reflejados en las páginas del libro, como no podía ser de otra manera, al igual que cientos de jugadores y no pocos directivos que han ido escribiendo la historia de un club “que ha estado a punto de desaparecer más de cuarenta veces, pero que ha sido capaz de salir adelante. Y eso en una ciudad de 50.000 habitantes es un hecho que creo que es inédito en la historia del fútbol”, señaló el autor.

LO BUENO, Y LO MALO

“Creo que este libro cubre una parcela que el club no tenía cubierta, recogiendo las cosas buenas y malas que han pasado a lo largo de su historia” afirmó De Andrés, vinculado con la entidad azulgrana tanto sentimentalmente “porque con diez años subía al campo de la mano de mi abuelo”, como profesionalmente en las diferentes emisoras de radio por las que ha desarrollado su carrera.
La realidad confirma que el periodista segoviano ha realizado un recorrido exhaustivo por los años de vida de la Segoviana, destacando en sus primeras páginas todas las teorías que se manejan acerca de la génesis del club, poniendo el foco en las secciones polideportivas que tuvo la Gimnástica “que por eso comenzó a llamarse así”, y señalando de manera literal a prácticamente la totalidad de los futbolistas que pasaron por el club azulgrana, ya fuera en el primer equipo, o incluso en el conjunto juvenil. “Después de escribir este libro, considero que casi todos los segovianos tenemos a un familiar, o algún amigo, que ha formado parte de la Segoviana”.
En el libro no solo se recoge la historia del club de manera detallada, sino que el autor se recrea en los míticos escenarios en los que la Gimnástica ha jugado sus encuentros, desde Chamberí a El Peñascal y La Albuera, y dedica apartados especiales para aquellos futbolistas que marcaron una época, que no han sido pocos. Además, Javier de Andrés recoge las palabras de la mayoría de los presidentes del club, en un libro que huye de las polémicas para centrarse en los hechos, incluidas un buen número de anécdotas desconocidas hasta ahora por los aficionados gimnásticos.
Con prólogo de Alfredo Martínez, y epílogo de Sergio Perela, la ‘Historia de una supervivencia’ se presenta como un libro que, para Agustín Cuenca, “hace a la Segoviana un poco más grande. Este club tiene un montón de historias que son desconocidas incluso para los que formamos parte de él. Hay clubes que pasan por las ciudades sin pena ni gloria, y el nuestro, sin haber logrado grandes gestas deportivas, tiene otro tipo de historia mucho más interesante”.
Javier Martín / El Adelantado de Segovia, 28 de junio de 2019

lunes, 5 de diciembre de 2016

La cólera de Dios


Francisco Javier Mosácula presenta en la Diputación su última obra, una novela sobre la peste que padeció Segovia en 1599



Vuelve Francisco Javier Mosácula a escribir de la peste, el tema de investigación que le ha mantenido ocupado durante los últimos años. Tras la publicación, el pasado verano, de su estudio histórico ‘La peste de 1599 en Segovia’, ahora ve la luz la novela ‘Pestilencia. La cólera de Dios’.
“Si decidí escribir una novela sobre la peste fue porque quería llegar a un público más amplio, con un relato más ameno”, explicaba ayer el historiador segoviano.

La protagonista indiscutible de la novela es la peste bubónica, popularmente llamada “pestilencia” a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. No obstante, en el relato de Mosácula se entremezclan numerosas historias. Una de ellas es la del teniente de corregidor encargado de la lucha contra la enfermedad en Segovia. Otra, la de un cirujano cántabro que se enamora de una bellísima panadera, víctima de malos tratos por parte de uno de sus pretendientes.

En ‘Pestilencia. La cólera de Dios’, Mosácula dibuja el ambiente existente en aquellos dramáticos seis meses —desde finales de abril de 1599 hasta mediados de octubre— en la ciudad. “El pueblo reaccionó de dos formas distintas:  o buscaba protección en Dios o se dedicaba a satisfacer los deseos de la carne”, sostiene el historiador, quien asegura que “la mayoría”optó por  la segunda vía, en lo que fue “un gran abandono moral”. En este contexto, se extendió la idea de que la peste, a la que la medicina no daba solución, era la cólera de Dios, “el modo en que castigaba a los hombres por sus pecados”.

En medio año, Segovia perdió cerca del 20% de su población. El descenso de la temperatura, al empezar el otoño, logró doblegar a la ‘pulga de la rata negra’, cuya picadura propagaba la enfermedad. Mosácula defiende que las consecuencias psicológicas para los segovianos fueron “extraordinarias”. Las económicas, también. Antes de la llegada de la peste de 1599, Segovia era la primera ciudad industrial de España, comparable a las principales de Europa; luego, aunque el amanecer del siglo XVII liberó a la ciudad de la enfermedad, ya nada volvió a ser igual. Segovia no logró recuperarse del golpe.

Con la intención de que en el lector no quede un poso de tristeza al acabar el libro, Mosácula ha querido dedicar el último capítulo a un hecho lúdico, acaecido poco después del fin de la peste, los festejos organizados en Segovia con motivo de la visita del rey Felipe III en 1600.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Segovia contra Segovia


Javier Monjas relata en su nuevo libro un episodio hasta ahora desconocido, el motín de la ciudad en 1855, cuando el Congreso eligió a Ávila como estación intermedia del ferrocarril del Norte





El Adelantado 24/11/2016
A las diez de la noche del 10 de noviembre de 1855, una multitud comienza a gritar frente al cuartel de la Milicia Nacional de Segovia, situado en la actual plaza de Los Huertos. El motivo de aquella algarada debe situarse unos días antes, el 6 de noviembre, cuando el Congreso de los Diputados decide que la prevista línea férrea del Norte pase por Ávila y no por Segovia.

El periodista y escritor Javier Monjas Blasco ha relatado ahora este episodio, nunca antes contado, en su nuevo libro, ‘Segovia contra Segovia’, donde escribe de la que considera “la peor crisis vivida por la ciudad desde las revueltas comuneras” del siglo XVI.

Cuando la ciudad conoció la decisión del Congreso de los Diputados “enloqueció”, en primer lugar contra los hombres que habían tolerado tan apocalíptico fracaso. En medio del tumulto, una voz se levanta exigiendo “dos tiros” para el primer comandante de la Milicia Nacional y diputado a Cortes Valentín Gil Vírseda, quien se ve forzado a firmar el abandono de su escaño. La ira contra Gil Vírseda era debida, fundamentalmente, a que éste no había asistido en el Congreso al debate sobre tan vital asunto para Segovia.

Pero la indignación no se centró únicamente en Gil Vírseda. También estaba en la diana el gobernador civil, Ceferino de la Avecilla, natural de Salamanca, una provincia que desde siempre había defendido la ‘opción Ávila’, por ser más beneficiosa para sus intereses. La turba pidió la dimisión del “traidor” De la Avecilla, y éste acabó siendo cesado en las pocas semanas.

La tensión llegó a ser máxima. En una dramática comunicación al Congreso, el Ayuntamiento de Segovia se muestra “preocupado” por lo sucedido, asegurado que el Ejército estaba “sobre las armas”, pero que era “insuficiente” para reprimir la revuelta sin “enrojecer las calles” con “los tiros de la metralla”.

Durante unas semanas, en Segovia hubo “una lucha de todos contra todos”, aunque la sangre no acabó llegando al río. Y, por extraño que pueda parecer, nunca jamás llegaron a entrar aquellos acontecimientos en los libros de historia, ni en los artículos de expertos, ni en los ensayos académicos.

“El episodio resultó tan traumático que fue inmediatamente enmudecido, y así fueron olvidadas aquellas sombrías ocho semanas en que Segovia se había revuelto contra Segovia”, dice Monjas, quien en una de sus visitas a los archivos se encontró esta “fascinante realidad oculta”, de la que ha estado “tirando del hilo” durante casi año y medio.

Monjas quiere advertir que aquellos sucesos coinciden en el tiempo con la decisión de desmantelar la Casa de la Moneda. “En una ‘Semana Trágica’, Segovia perdió el símbolo de su pasado industrial, la Ceca, y la esperanza de su desarrollo, el ferrocarril”, concluye.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Leyendas de las Tierras de Segovia


Juan Manuel Santamaría López nos presenta un extenso estudio de las leyendas que circulan por la provincia de Segovia.



Juan Pedro Velasco



No nos extraña la publicación de un libro de leyendas  por el profesor Santamaría. 

Nos consta que el académico de ‘San Quirce’ lleva años investigando, y recopilando, el rico patrimonio legendario segoviano.



Una obra que no se limita al simple refundido y catalogación de algunas narraciones, sino una exposición rigurosa de quién es el posible autor de la leyenda, el origen de la misma y el posterior estudio del texto y de los distintos difusores a lo largo de los siglos, en muchos de los casos.



El estudio lo ha divido el autor en ocho secciones o capítulos en los que por materias (leyendas de san Frutos, san Valentín y santa Engracia; de repoblación; marianas; inspiradas en Jesús y algunos santos; inspiradas en monumentos arquitectónicos; en el paisaje; explicativas de nombres de lugar, y diversas) va desgranando casi un centón de leyendas. Algunas ya conocidas y otras inéditas para muchos de los potenciales lectores.



Un compendio de cómoda y fácil lectura, aunque muy documentada, que hará conocer mejor Segovia y su provincia.

La estructura y desarrollo de cada leyenda incluye la aportación  histórica que realiza Juan Manuel Santamaría, la leyenda en sí tomada de alguna de las fuentes que a lo largo de los años la han transmitido y, cómo no podía ser de otra manera, siendo el autor un buen conocedor de nuestra provincia, su naturaleza y caminos, un lugar “donde leerla”.



Espacios en los que el posible lector se puede solazar, por un lado con la letra impresa y, por otro, con la impresión del paisaje en sus retinas.



¿Dónde leer la leyenda de la Mujer Muerta? Como indica el autor “donde sea posible contemplar el perfil evocador e inconfundible de esta sierra: en Segovia, desde el mirador de la Canaleja o desde los altos de Las Lastras; en Revenga o en Hontoria, en época de nieve; en las llanadas de la campiña, desde donde el azul sirve de contrapunto al rojo de las amapolas o al dorado de las mieses…”.



El libro viene acompañado de numerosas ilustraciones alusivas a las leyendas tratadas.  Imágenes en las que ha participado nuestro compañero-bloguero en ‘acueducto2’, Juan Pedro Velasco Sayago, citado en distintas leyendas como impulsor de su conocimiento en los últimos años.



Edita: Diputación Provincial de Segovia.

Autor: Juan Manuel Santamaría.

Segovia 2016.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Rastreos en la Sierra

El rastreador segoviano Fernando Gómez y su esposa, Paloma Troya, publican un libro sobre huellas de animales en el Guadarrama
Fascinado por los animales salvajes, el segoviano Fernando Gómez Velasco comenzó a rastrearlos en la Sierra de Guadarrama hace ya unos cuantos años. Primero, el mítico lobo, desde Revenga a Prádena. A continuación, el abundante corzo y la esquiva cabra montés. Siguió después con diferentes aves, entre ellas el búho real y el azor. Se atrevió luego a buscar especies de menor tamaño, como la víbora hocicuda y el escorpión. Y últimamente anda detrás de la poco conocida araña lobo.
Recopilando sus andanzas serranas, Gómez acaba de publicar, junto con su esposa, Paloma Troya Santamaría, el libro ‘Guía de huellas y rastros de la Sierra de Guadarrama’ (Ediciones La Librería), que define como “conocimiento comprimido para que una persona pueda iniciarse en el mundo del rastreo”. Gómez y Troya, integrantes de la división de rastreo profesional de la empresa ‘Escuadrone Táctico Aéreo No Tripulado’ han firmado una obra “para que cualquiera aprenda una base sobre huellas y rastros”, de modo que el lector pueda identificar, de forma rápida, a qué especie pertenecen los indicios de presencia animal que se pueden encontrar en el campo, entre ellos excrementos, cráneos, egagrópilas, pelo y plumas. Los dos autores del libro han bebido de numerosas fuentes antes de ponerse a redactar, por lo que advierten que en la obra “aparecen datos proporcionados por científicos y otros por pastores con los que hablábamos en el campo”. Una de las principales novedades de la guía es la de contar con un pequeño apartado, de cuestiones de seguridad, donde se alerta a los futuros rastreadores de los posibles riesgos que pueden encontrar en esta actividad.
Convencido de que su guía es “entre las de pequeño formato, la más completa de Europa de rastreo”, Gómez no se extraña del “éxito rotundo” que ha obtenido, lo que le ha animado a embarcarse en otros proyectos editoriales, igualmente relacionados con rastreo, en concreto sobre los rastros de mamíferos en España y el continente europeo.
“Para mí —confiesa— el rastreo es una pasión y una forma de vida”. No tiene preferencias a la hora de buscar especies. Lo mismo le gusta localizar un pájaro carpintero por su canto que encontrar en el suelo un nido de araña lobo o descubrir un corzo encamado en un pinar. A quienes se inician en el mundo del rastreo, Gómez aconseja, de inicio, “actuar con sentido común”, tras un previo análisis de cómo se desenvuelve la especie que se busca. “A mí, cada nuevo animal que tengo que hallar es un reto, que me obliga a conocer el comportamiento de esa especie, y eso resulta muy gratificante”, explica Gómez. Eso sí, algunos animales se le resisten más que otros. Él reconoce que tiene una espina clavada con el turón, extremadamente difícil de ver. Ahora está en ello, y previsiblemente en no mucho tiempo “caerá”.
Aunque en los últimos años Gómez ha recorrido Europa a lo largo y a lo ancho rastreando animales, tiene un país preferido, “España” y dentro de él, “mi tierra, Segovia, donde está un paraíso llamado Sierra de Guadarrama”, que considera “un lugar excepcional” para realizar esta actividad. ¿Los motivos? “La variedad de animales existentes y la calidad de los ecosistemas presentes”, afirma, sin dudar un instante. En ese sentido, dice estar “orgulloso” de que gracias a esta ‘Guía de huellas y rastros de la Sierra de Guadarrama’ “hemos contribuido a dar a conocer el inmenso valor de la provincia de Segovia”, recordando que solo en el parque nacional hay inventariadas 133 especies de aves, 58 de mamíferos, 15 de anfibios, 23 de reptiles y cientos de invertebrados.