Guillermo Herrero presenta hoy un nuevo
volumen de la colección ‘Una mirada al ayer’, dedicado a este municipio
Hoy, sábado 13 de julio, a partir
de las 13:00 horas en el salón de cine de Nieva, el periodista e historiador Guillermo
Herrero presenta el sexto volumen de ‘Una mirada al ayer’, la colección
puesta en marcha por la Diputación en 2013 con la intención de recopilar la
intrahistoria local de los pueblos segovianos a través de la entrega de
antiguas imágenes, en su mayoría cedidas por los vecinos. Tras los monográficos
dedicados a Santa María la Real de Nieva, Aguilafuente, Prádena y Valtiendas,
de los que se encargó el también periodista Luis Besa, y del primero sobre
Riaza, el primero del que se hizo responsable Guillermo
Herrero, ha sido publicado este sexto volumen en el que, según revela
Herrero, «el pueblo de Nieva se ha volcado y me ayudado muchísimo; empezando
por su alcaldesa, Marisa Gorgojo».
Tal y como cuenta Guillermo
Herrero, la alcaldesa, quien estará hoy en la presentación, acompañada
de la diputada en funciones del Área de Cultura y Juventud, Sara Dueñas —a
quien el periodista también dedica elogios y agradece la confianza—, ha
contribuido de forma notoria a que los vecinos se hayan puesto a disposición del
autor para prestar imágenes y testimonios.
«Ha habido muchísima participación
vecinal», confiesa el periodista, destacando que la mayor parte de las
entrevistas que han servido para contextualizar la obra han sido realizadas «a
personas de entre 70 y 80 años que recordaban episodios históricos». Según el
autor, especialmente significativo es el de un incendio que tuvo lugar al final
de la Guerra Civil y que arrasó cerca de medio centenar de casas.
Para Herrero, si hay algo que
diferencia este volumen del primero que escribió para esta colección sobre
Riaza, es fundamentalmente el toque más histórico que tiene, respecto al resto
de publicaciones, que cuentan con una visión más etnográfica de los municipios
protagonistas. «De Riaza había un montón de libros de Historia, pero en el caso
de Nieva no había ningún libro escrito sobre este tema; tenía la impresión de
que no se debía desaprovechar la oportunidad», explica Guillermo
Herrero, quien, no obstante, se resta mérito y asegura que «no deja de
ser un libro gráfico que tiene un complemento literario».
«Se cedieron alrededor de 500
fotos, que son muchas y además son bastante buenas, principalmente en blanco y
negro; en base a ellas yo he tratado de dar el contenido al libro», añade el
escritor, datando las imágenes principalmente en las décadas centrales del
siglo XX.
Por otra parte, y en lo que
respecta a la estructura del libro, el autor lo divide en seis capítulos
diferenciados que abordan los apuntes históricos, la evolución del paisaje del
municipio, el ciclo vital de la localidad, una mirada cotidiana a los oficios
antiguos de Nieva, el ciclo festivo tradicional y aquellos nevatos ‘de pro’ que
han contribuido a dar a conocer a nivel nacional e internacional el nombre del
municipio.
Asegurando que en este libro ha
invertido más horas de documentación que en el anterior, y agradeciendo la
ayuda de Isabel Álvarez en el Archivo Municipal de Segovia y de una amiga
francesa que le ha ayudado a traducir algún texto escrito en este idioma, Guillermo
Herrero destaca de los primeros capítulos el papel de los monjes
Jerónimos de Santa María del Parral en la viticultura de la tierra o la
relevancia que tuvo la industria en el municipio en los siglos XIX y XX. «A día
de hoy Nieva parece un pueblecito pequeño, pero en un determinado momento
llegaron a existir siete fábricas de aguardiente en el siglo XIX o una de
elaboración de resina y otra de chocolate en el XX», apunta el autor de la
publicación, quien también califica de «llamativo» cómo en el capítulo dedicado
al ciclo festivo se narra que en 1729 el Concejo dio seis reales a las mujeres
de Nieva para que celebraran la festividad de Santa Águeda.
«Se hacían cosas raritas en algunas
épocas» y cita como ejemplo el hecho de que «cuando había plagas de langosta o
de pulgón era frecuente esparcir el agua de San Gregorio, que se debía de
conseguir en una basílica de un pueblo de Navarra». Al Ayuntamiento no se le
ocurrió otra cosa que mandar a un vecino a por esta agua. Estas anécdotas y
otras curiosidades serán desveladas hoy en la presentación del libro, donde
están recogidas.
El Adelantado de Segovia, 13 de julio de 2019
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